viernes, 25 de septiembre de 2015

Venezuela: El espejo de una Colombia gobernada por las FARC

Juan Manuel Santos, Raúl Castro y el guerrillero alias Timochenco
Causa siniestra curiosidad, el motivo incierto por el cual el presidente de Colombia Juan Manuel Santos, de pronto prepara un viaje a La Habana, para “agilizar los acuerdos de paz” con la guerrilla de las FARC, solo un par de días después de haber sostenido una reunión con su homólogo venezolano Nicolás Maduro en la ciudad de Quito, Ecuador, precisamente para tratar el conflicto fronterizo, que se inició a finales de agosto tras el cierre de la frontera ordenado por Maduro, supuestamente para acabar con el problema del contrabando y el “paramilitarismo”.

Casualmente luego de tres años de reuniones entre el gobierno colombiano y la guerrilla colombiana en la Habana, ahora Santos anuncia con tal determinación: “haré escala en La Habana para reunión clave con negociadores para acelerar el fin del conflicto. La paz está cerca".

Tal vez parecen hechos aislados, y puede que el presidente de Colombia tenga las mejores intenciones, pero vale la pena refrescar un poco la memoria, para poner en contexto la “relación” Santos-Maduro-FARC.

Los reveladores informes del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, basados en el contenido informático del ex portavoz de las FARC Raúl Reyes, aseguran que Hugo Chávez habría otorgado un financiamiento de 300 millones de dólares a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el año 2007 y les habría brindado apoyo político y acceso territorial para poder operar libremente en territorio venezolano…

Entonces nos preguntamos ¿Quién facilitó las prácticas irregulares en la frontera colombo-venezolana?

Por eso las caras largas de Hugo Chávez (Venezuela) y de Rafael Correa (Ecuador), hace 7 años, luego de conocerse la noticia del bombardeo que dio de baja a Raúl Reyes número 2 de las FARC en 2008, catalogado por el entonces Ministro de la Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, como “el golpe más contundente que se la ha dado a ese grupo terrorista hasta el momento”.

Sin embargo, el gobierno venezolano, le da un espaldarazo a sus aliados de la frontera, y  el 9 de marzo del año 2009, inauguran en el sector Los Bagres de los Valles de Tucutunemo, municipio Zamora del estado Aragua, una biblioteca popular con el nombre de Manuel Marulanda, (Número uno de las FARC para aquel entonces). Dicha obra, fue financiada por la Biblioteca Nacional, organismo con dependencia directa del Ministerio del Poder Popular para la Cultura de Venezuela y la Asociación Nacional Bolivariana de Trabajadores Bibliotecarios.

Esto pasó casi desapercibido para la mayoría de los venezolanos, pero no para las FARC, quienes enviaron una carta de agradecimiento firmada por Alfonso Cano, con fecha de septiembre de 2009. En la misiva, agradecieron y felicitaron la iniciativa que, según palabras de Cano, contribuiría “a estrechar los lazos de amistad y de solidaridad entre nuestros dos pueblos hermanos”.

Hoy el peligro está latente, nadie sabe qué habrían podido hablar los presidentes de Colombia y Venezuela junto al presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien también tendría implicaciones turbias con las FARC,  según los archivos digitales encontrados en la computadora de Raúl Reyes, leídos por el ex presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez en la Cumbre del Grupo de Río del año 2009.

Como latinoamericano residente en un país envuelto en una feroz dictadura comunista y guerrillera, que ha sumergido a los venezolanos en la peor miseria de su historia, me siento profundamente preocupado por el futuro de la región, pues la intención de los líderes de las FARC, es utilizar dichos “acuerdos de paz” para convertir su movimiento guerrillero que ha vivido del secuestro, del asesinato y del narcotráfico por más de 5 décadas, en una alternativa política para los colombianos y así llegar a la presidencia de su país, lo que convertiría a Colombia en el peor país del continente, tal como lo han hecho con Venezuela.

Colombianos, por favor véanse en este espejo… No permitan que se roben su país como a nosotros nos han robado el nuestro.

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