Juan Manuel Santos, Raúl Castro y el guerrillero alias Timochenco |
Causa
siniestra curiosidad, el motivo incierto por el cual el presidente de Colombia
Juan Manuel Santos, de pronto prepara un viaje a La Habana, para “agilizar los
acuerdos de paz” con la guerrilla de las FARC, solo un par de días después de
haber sostenido una reunión con su homólogo venezolano Nicolás Maduro en la
ciudad de Quito, Ecuador, precisamente para tratar el conflicto fronterizo, que
se inició a finales de agosto tras el cierre de la frontera ordenado por Maduro,
supuestamente para acabar con el problema del contrabando y el
“paramilitarismo”.
Casualmente
luego de tres años de reuniones entre el gobierno colombiano y la guerrilla
colombiana en la Habana, ahora Santos anuncia con tal determinación: “haré
escala en La Habana para reunión clave con negociadores para acelerar el fin
del conflicto. La paz está cerca".
Tal
vez parecen hechos aislados, y puede que el presidente de Colombia tenga las
mejores intenciones, pero vale la pena refrescar un poco la memoria, para poner
en contexto la “relación” Santos-Maduro-FARC.
Los
reveladores informes del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos,
basados en el contenido informático del ex portavoz de las FARC Raúl Reyes,
aseguran que Hugo Chávez habría otorgado un financiamiento de 300 millones de
dólares a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el año 2007
y les habría brindado apoyo político y acceso territorial para poder operar
libremente en territorio venezolano…
Entonces
nos preguntamos ¿Quién facilitó las prácticas irregulares en la frontera
colombo-venezolana?
Por
eso las caras largas de Hugo Chávez (Venezuela) y de Rafael Correa (Ecuador), hace
7 años, luego de conocerse la noticia del bombardeo que dio de baja a Raúl
Reyes número 2 de las FARC en 2008, catalogado por el entonces Ministro de la
Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, como “el golpe más contundente que se
la ha dado a ese grupo terrorista hasta el momento”.
Sin
embargo, el gobierno venezolano, le da un espaldarazo a sus aliados de la
frontera, y el 9 de marzo del año 2009, inauguran
en el sector Los Bagres de los Valles de Tucutunemo, municipio Zamora del
estado Aragua, una biblioteca popular con el nombre de Manuel Marulanda,
(Número uno de las FARC para aquel entonces). Dicha obra, fue financiada por la
Biblioteca Nacional, organismo con dependencia directa del Ministerio del Poder
Popular para la Cultura de Venezuela y la Asociación Nacional Bolivariana de
Trabajadores Bibliotecarios.
Esto
pasó casi desapercibido para la mayoría de los venezolanos, pero no para las
FARC, quienes enviaron una carta de agradecimiento firmada por Alfonso Cano, con
fecha de septiembre de 2009. En la misiva, agradecieron y felicitaron la
iniciativa que, según palabras de Cano, contribuiría “a estrechar los lazos de
amistad y de solidaridad entre nuestros dos pueblos hermanos”.
Hoy
el peligro está latente, nadie sabe qué habrían podido hablar los presidentes de
Colombia y Venezuela junto al presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien
también tendría implicaciones turbias con las FARC, según los archivos digitales encontrados en
la computadora de Raúl Reyes, leídos por el ex presidente de Colombia Álvaro
Uribe Vélez en la Cumbre del Grupo de Río del año 2009.
Como
latinoamericano residente en un país envuelto en una feroz dictadura comunista
y guerrillera, que ha sumergido a los venezolanos en la peor miseria de su
historia, me siento profundamente preocupado por el futuro de la región, pues
la intención de los líderes de las FARC, es utilizar dichos “acuerdos de paz”
para convertir su movimiento guerrillero que ha vivido del secuestro, del
asesinato y del narcotráfico por más de 5 décadas, en una alternativa política
para los colombianos y así llegar a la presidencia de su país, lo que
convertiría a Colombia en el peor país del continente, tal como lo han hecho
con Venezuela.
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