Siento que si me voy
de Venezuela, estoy abandonando el país que me dio mis mejores años de vida, mi
infancia y mi juventud, mis estudios, mis conocimientos, mis primeras
experiencias, en fin, mis valores, mi esencia como ser humano.
Recuerdo de niño
cuando en tercer grado mi maestra nos decía: “ustedes deben estudiar y formarse
porque son el futuro de Venezuela” ¿qué pasó, Renunciamos? Cuando nos llegó la
hora de tomar las riendas del ejemplo colectivo y de formar nosotros a las
nuevas generaciones, vamos a agarrar nuestros “macundales” y nos vamos a ir entregando Venezuela a una manada de comunistas destructores… y
el último que cierre la puerta?
No se trata esto de
una crítica a los que ya se han ido o los que están planificando su partida, simplemente
hago una profunda reflexión porque a los países no los construyen sus gobiernos,
sino su gente; ¿y si la gente se va, quién construye?
Reciento
profundamente que hoy día, nos haya ganado la depresión y los malos hayan logrado
que los buenos quieran recoger sus “corotos” e irse a otro lugar.
Las sociedades más
desarrolladas han tenido que pasar penurias para poder madurar social y políticamente…
creo que es lo que está pasando con Venezuela en este momento.
Pienso que hay mucho
que hacer por este país, empezando por enterrar la depresión colectiva y
empezar a trabajar en función de generar acciones que sirvan de buenos ejemplos
y no desarrollando simples discursos con bonitas palabras.
Yo cumpliré con el
rol que me otorgaron cuando era sólo un niño “ser el futuro de Venezuela”, ya
es 2014… ya estamos en la Venezuela del futuro!
Siento que irse de
Venezuela en la condición en la que está... es como tener la madre enferma y
abandonarla.
José Ignacio Moreno
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