Si
yo salgo a la calle y veo en una esquina cientos de personas, de todas las
edades, sentaditas en sus bombonas debajo de un sol inclemente esperando les
vendan el gas... algo está pasando.
Si
yo veo los supermercados custodiados por la Guardia Nacional o la policía y
afuera una fila larga de gente con sombrillas... banquitos o de pie, debajo de
un sol inclemente, esperando para
comprar comida, ropa... y hasta cosméticos... algo está pasando.
Si
yo veo que a mi alrededor hay edificios deteriorados... plazas abandonadas...
obras arquitectónicas históricas de la ciudad tiradas al olvido... algo está
pasando.
Si
al salir un día cualquiera, a trabajar como todos los días me consigo con que
la calle está cerrada por un grupo de personas que se quejan porque no tienen
agua o porque no tiene luz... algo está pasando.
Si
las líneas aéreas internacionales se están yendo del país, si las ensambladoras
automotrices están suspendiendo sus actividades en Venezuela... si ya ni los repuestos
se consiguen y cuando se consiguen, están a unos precios incomparables... algo
está pasando.
Si
el gobierno y la oposición tienen más de un mes reuniéndose infructuosamente y
lejos de lograr acuerdos se han afianzado más las diferencias... algo está
pasando.
Y
si yo veo por internet videos de fuertes enfrentamientos entre la sociedad
civil y las fuerzas del orden público... jóvenes heridos con metras y
perdigones, señoras mayores huyendo de los gases lacrimógenos... gente
encapuchada respondiendo con fuegos artificiales tipo cohetes contra los policías y en televisión
nacional no se ve nada... no hay noticias de eso... en Venezuela algo está
pasando.
En
Venezuela... algo grave está pasando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario